La educación, a través de la
historia, ha sido considerada como el recurso más idóneo y el eje rector de
todo desarrollo y renovación social. Mediante el proceso educativo se
transmiten los valores fundamentales y la preservación de la identidad cultural
y ciudadana; es la base de la formación y preparación de los recursos humanos
necesarios. La escuela se convierte así, en el lugar para la adquisición y
difusión de los conocimientos relevantes y el medio para la multiplicación de
las capacidades productivas.
La política educativa en
Venezuela está orientada hacia el mejoramiento de la calidad, incremento de la
cobertura y modernización de la estructura administrativa del sistema
educativo, a través de la revisión y reforma de todos sus niveles y
modalidades, razón por la cual se le ha dado énfasis al proceso de
descentralización, como una estrategia orientada a dar mayor autonomía de
gestión a los centros educativos; y por otra parte, generar cambios profundos
en la profesión docente para la transformación de las prácticas pedagógicas. La
Ley Orgánica de Educación en Venezuela establece en su artículo 3º: “La
educación tiene como finalidad fundamental el pleno desarrollo de la
personalidad y el logro de un hombre sano, culto, crítico y apto para convivir
en una sociedad democrática, justa y libre, basada en la familia como célula
fundamental y en la valorización del trabajo; capaz de participar activa, consciente y solidariamente en los procesos de transformación social;
consustanciado con los valores de la identidad nacional y la comprensión, la
tolerancia, la convivencia y las actitudes que favorezcan el fortalecimiento de
la paz entre las naciones y los vínculos de integración y solidaridad
latinoamericana”.
Podemos
decir que el Sistema Educativo
Bolivariano se considera como un proceso continuo, permanente y holístico,
donde intervienen todos los actores y factores del proceso educativo de tal
manera que la construcción, desarrollo, seguimiento y evaluación de los proyectos
permitan conocer los procesos reales que ocurren en los diferentes escenarios
educativos, ayuden a determinar las potencialidades e intereses de los
educandos, con el fin de ejecutar acciones dirigidas a aumentar la eficacia y
eficiencia de la mediación didáctica de los docentes y especialistas. Asimismo,
profundizan el desarrollo del pensamiento crítico, creativo y analítico de los
involucrados en el proceso educativo en el desarrollo de prácticas de investigación
y autorreflexión del propio aprendizaje, en los/las docentes, los estudiantes y
las familias.
El sistema educativo venezolano se ubica en
el contexto de una educación integral permanente, de calidad para todos y
todas, concebida como un continuo desarrollo del ser social y que define la
pedagogía en un contexto total e integral, de forma que, los niveles y
modalidades, como los instrumentos del sistema educativo, se correspondan a los
períodos de vida y desarrollo del ser humano en consideración a los aspectos
biológico, psicológico, cultural y social que lo determinan, lo que implica una
pedagogía coherente desde la perspectiva humanista, orientada a la formación de
una cultura ciudadana, dentro de las pautas de diversidad, participación y
solidaridad, en un marco de equidad y justicia social.